sábado, 19 de mayo de 2012

Mitos y leyendas de Paranawa (una breve relación)



LA APARECIDA
Este es un espanto con forma de mujer que aparece a los viandantes en medio de la noche sin previo aviso, a lo lejos se ve la figura de una mujer que persigue a la víctima, por lo regular hombres (no he escuchado una sola historia de una mujer atacada por este fantasma), or mucho que la víctima camine rápido, corra, cruce calles, salte charcos, etc siempre permanece la figura a la misma distancia y sin apariencia de haberse movido, por lo regular la distancia es de una cuadra, a veces un poco más, nunca más cerca.
Lo mejor que puede hacer la víctima es irse a su casa y encerrarse sin mirar atrás, por eso mismo en el momento mismo en que se abra la puerta de la calle, en el suspiro de saberse salvado y sin aún poner el primer pie dentro de la casa, lo peor que puede hacer la víctima es girar para ver si aún está ahí porque en ese momento la distancia de una cuadra que separaba el espanto de la víctima desaparece en un solo instante y la aparecida salva la distancia y esta emerge cara a cara con la víctima que cae desmayado inmediatamente con una fiebre que le dura varios días.
Esta tipo de historia es frecuente aún en los países industrializados en los que, supuestamente la idea de fantasmas y apariciones fue reemplazada por la razón. Cada historia varía según el lugar y el espectador, puede ser una novia, una monja o simplemente una mujer que se conoce en una fiesta.
Por muchos es conocida la historia de la mujer de la carretera al muelle de Puerto. Se aparece en medio de la nada, pide chance y, aún cuando uno no la recoja, aparece en la parte de atrás del carro de manera inmediata. Dicen que es una mujer que se iba a casar pero murió en un accidente en esa carretera pero nadie sabe realmente qué sucedió.
De igual manera es clásica la historia de la monja que toma un taxi para que la lleve a una funeraria, al llegar, se disculpa con el taxista porque no tiene dinero, le dice que la espere para buscar el dinero del pasaje. El conductor, al pasar tiempo y no regresara la monja, entra a la funeraria y la busca por todos lados sin fruto alguno. Empujado por la fuerza de la multitud se da de frente con el ataúd donde reposa el muerto. Un soplido infernal le pone de gallina la piel cuando se da cuenta que quien está en el féretro es la monja.
Estas historias, como ya dije, pululan por el mundo, sea en el campo o en la ciudad, se entremezclan con la memoria cultural del ser humano, sin embargo, no existen muchos estudios sociológicos sobre el mismo. Estas historias son asumidas como alucinaciones productos de mentes débiles y a quien lo estudia como personas sin un real oficio.
Si bien para la antropología existe el “animismo”, es tomada como una etapa inicial y fácilmente superable por los pueblos primitivos. A pesar de esta posición irónicamente la historia del ser humano parece imbuida constantemente por las apariciones y los fantasmas, por ejemplo en la edad media son elementos esenciales de la cultura popular y hacia el siglo XIX el interés por las apariciones y métodos de comunicación con el más allá se hace igualmente popular pero esta vez dentro de una élite noble e intelectual.
De las páginas consultadas quizás la que más me llamó la atención y que recomiendo para una lectura e inicio en el estudio de este tema es http://www.taringa.net/posts/info/3827538/El-espirutu-del-fantasma.html, otra página interesante o, por lo menos, seria, es http://www.alipsi.com.ar/e-boletin/e-boletin-psi-vol1-N3-septiembre2006.htm
En el caso de la aparición paranawense, tenemos que en realidad no se puede decir que es una aparición de una persona muerta puesto que no es reconocible ni sus rasgos ni mucho menos su identidad. Jamás he escuchado que haya sido por pasar por el cementerio, la iglesia o por algún lugar donde haya habido un accidente. De alguna manera parece una variante de la “llorona” porque su aparición genera efectos similares, desmayo instantáneo y fiebre de varios días, pero no tengo elementos suficientes para decirlo. Esto la hace interesante porque de igual manera la relacionaría con las apariciones del niño-demonio o la bola de fuego, es decir, no es una muerta es un demonio que viene a atormentar a los vivos pecadores.
Lo único que puedo decir es que si un día llego del “Ganadero” a las 2:00 a.m., y una mujer me sigue tengan la seguridad que no esperaré a averiguar qué quiere porque o es un travesti o una aparición y realmente no estoy interesado en ninguna de las dos opciones.

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