3ª PARTE
Cuando no es el “globus ígnus” la
víctima se enfrentará ante el “diabolus canis” o perro endemoniado. Se ha
descrito como de color negro, peludo, de ojos rojos y con fuego en las fauces.
Una imagen terrible y, contrario a la anterior, muy esparcida a la largo de las
diferentes mitologías occidentales y orientales.
El perro ha sido considerado de
múltiples maneras. Desde la imagen misma de Cristo a la encarnación del
demonio. Esta múltiple faceta de este animal que nos ha acompañado desde casi
los inicios de la civilización y que ha significado, junto con el caballo, la
vaca y el cerdo entre otros, una gran herramienta en la creación misma de
nuestra sociedad. Es imposible imaginar una partida de caza en las sociedades
primitivas que sea más efectiva sin un animal como el perro. Aspecto este que
significó el aumento de comida para la comunidad.
Cancerbero y Hércules (Sebald Beham, 1545) |
Su imagen de guardián ante los
peligros lo coloca en el límite entre la oscuridad y la luz. Es aquella figura
que proviene del lobo, uno de los principales enemigos del hombre no solamente
por su capacidad para robar la comida esencial sino como competencia en los
cotos de caza y riesgo para la vida misma, pero que también te defiende a ti y
a tu familia con riesgo de su propia vida. Esta dualidad del animal se refleja
obviamente en su concepción mitológica convirtiéndose por excelencia en el ser
que vive en la frontera de la luz y la oscuridad, en el guardián de los secretos,
en el protector de la luz. En este post no nos referiremos al perro como
protector de la luz por no ser este el tema central de la disquisición, será esa versión oscura que nos acompaña de igual manera de antaño y se refleja en historias como la de Cerbero, Cuchulain, "El Sabueso de los Baskerville", más recientemente "Dogs" y "Cujo" de la que hablaremos hoy.
Como guardián de secretos lo
encontramos desde el cancerbero de la
mitología griega pasando por los perros negros fantasmales del folclor
británico y llegando hasta el cadejo de
América Central. Esta característica nos da un acercamiento a nuestro perro
demoníaco de la Cruz de Mayo puesto que su aparición está relacionado con el
imperio de la noche, cuando se supone que los seres malignos pueden aparecer
porque le temen a la luz del sol, símbolo de la verdad y del verdadero Dios. El
perro negro fantasmal británico, igual que la Banshee celta, es anunciante de
la muerte un enviado del inframundo para que los vivos sepamos que está cerca
el fin de alguien en este mundo esto lo relaciona con el cancerbero y lo aparte
de nuestro perro demoníaco y del cadejo.
El cadejo, por su parte, no es
uno sino dos, uno negro y uno blanco. El negro está encargado de castigar a los
pecadores (borrachos sobre todo) que caminan por el reino nocturno; por el contrario
el cadejo blanco está enviado precisamente a proteger al pobre que puede ser
atacado por su contraparte negra. Es el eterno conflicto del bien contra el mal,
sin embargo, mientras el cadejo negro se aparece al pecador el cadejo blanco
permanece alejado solamente visto como una leve sombra que va siguiendo a la
eventual víctima. Únicamente aparece cuando el cadejo negro ataca,
si este permanece alejado gruñendo y amenazando el cadejo blanco no aparecerá. Una
vez el pobre borrachín es puesto a salvo los cadejos desaparecen.
Cadejos |
Nuestro animalejo, es muy cercano
al cadejo, no solo geográficamente sino en su intención. Por lo regular los
perros negros británicos, al igual que el cancerbero fungen como representantes
de la otra vida. No les interesa castigar a nadie ni la forma en que se ha
comportado simplemente o impiden que salgan los espíritus del inframundo
(cerbero) o traen un mensaje de ultratumba (perro negro). Por el contrario, el
cadejo puede ser considerado un enviado (divino/demoníaco) que lucha por el
alma del ser humano. Si bien nuestro perro demoníaco no lucha con nadie hay que
considerar que en el pueblo quién estaba en la calle a altas horas de la noche
no era precisamente por estar realizando actos loables. Era el momento ideal
para adúlteros, ladrones, borrachos, en fin, pecadores, el perro demoníaco aparecía
como un recordatorio de la posibilidad de enmendar su camino. Situación muy
común en cada una de las manifestaciones del fenómeno sobrenatural de la Cruz
de Mayo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, al igual que el cadejo
negro, el perro demoníaco no es un enviado divino, busca reunir la mayor
cantidad de almas condenadas en beneficio de su amo el demonio.
Referencias:
https://es.wikipedia.org/wiki/Cadejo