miércoles, 24 de septiembre de 2008

Beowulf

Adaptado al inglés contemporáneo por J. R. R. Tolkien


Beowulf es el poema inglés antiguo más importante y tal vez el más significante del período Anglo-Sajón. A pesar de ser terminado en el siglo VII de nuestra era está ambientado en la sociedad escandinava del siglo V, narrado por bardos anónimos y trasmitido de generación a generación con, obviamente, algunos cambios.



Introducción

(De la llegada de Scyld)


Desde los tiempos más remotos se trasmite de generación en generación, en el pueblo que habita a las orillas del mar del Norte, la misteriosa leyenda de un héroe que arribó a las playas siendo
todavía un niño, traído por las aguas sobre un escudo que había sido rellenado con paja, a modo de cuna. Allí creció el muchacho, que con el tiempo llegó a ser un valiente guerrero, tan
poderoso que fundó un reino que no tardó en superar en prosperidad y grandeza a todos los países del Norte.


Nadie sabía de dónde procedía ni cuál era su nombre, pero a causa del extraño medio en que había sido traído por el mar, fue llamado Sceaf —haz de paja— o también Scyld —escudo—.
Cuando murió, después de un largo reinado tan próspero como glorioso, obedecieron sus guerreros su último mandato, enviándole a su oscura patria, de nadie conocida. Colocaron su cadáver en un navío cargado con ricos tesoros. Encima de sus restos ondeaba un estandarte dorado.


Las luminosas velas se hincharon al viento, y así como había llegado, de niño, tan misteriosamente, volvió a desaparecer de la vista de sus apenados súbditos. El nieto de este enviado de los dioses, Healfdene, continuó la obra de su abuelo, gobernando con mano firme el país. Cuando falleció este rey, le sucedió su hijo Hrothgar, el cual, acompañado de multitud de sus valientes guerreros, asentó su corte en el país danés. Mandó construir un palacio soberbio, un edificio maravilloso, con resplandecientes almenas y una hermosa sala, ricamente adornada, como no se había visto nada igual en el mundo. Las gentes dieron al castillo el nombre de Herot —ciervo— porque eso es lo que parecía, desafiando a las tempestades con la cornamenta de sus almenas, no temiendo ni siquiera a los incendios, cuando la codicia despertada por tantas riquezas atraía a los enemigos…

No hay comentarios:

Buscador

Google