lunes, 6 de julio de 2015

Dana mi hija
mi retoño luminoso
esparcido entre el fin y el inicio
caminando dulcemente
en medio de mis mares bravíos
dueña de mi desandares
poseedora de mis misterios
descubridora de la esperanza

Dana hija mía
nunca esperes mi último día
jamás ocultes tu sonrisa gitana
ni tus ojos nocturnos
nada expectante en la rutina celeste
sin preocuparte de la llegada de la luna

Dana hija
El día nunca deseado llegará
cargado de oscuros vientos
cegado de luces sombrías
ese dia en que los almendros callen
el día en que mi camino
llegue
a unirse invisiblemente con el tuyo

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