jueves, 30 de abril de 2009

Imagen de un caballo para una niña de cinco años

Trueno en los ojos,

profundos lagos oscuros

sin dama que los habite


 

Un millón de sedas

danzan al aire

sin fe ni concierto

no siguen al viento,

él las persigue inútilmente


 

Trueno en el suelo,

vibrante en cada golpe,

sacude la tierra

Una y otra vez


 

En sus costados,

placas de plata vibrante,

inquietas,

pequeñas

geografías que constantemente

cambia formando

valles, montañas, ríos.


 

Adelante compuertas

inagotables, diques

de oxígeno

tragando vida

sin cesar


 

Al final, un látigo certero

enhiesto en la carrera,

inquieto en el descanso,

Trono de guerreros.

Fuerza de campesinos

Compañía de hombres.

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